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Acceso equitativo a vacunas y otros insumos sanitarios




Después de  casi tres años de negociaciones, el Órgano de Negociación Intergubernamental (INB) definirá, en su 12ª ronda de sesiones, si millones de personas tendrán acceso equitativo a vacunas y otros insumos sanitarios en futuras pandemias. Representantes de más de 100 países se reunirán del 4 al 15 de noviembre en Ginebra para llegar a un acuerdo que podría salvar millones de vidas, especialmente en el Sur Global.


“Se decidirá entre hacer bien las cosas, priorizando la vida de millones, o perpetuar un modelo sanitario que mantiene a las naciones más pobres en dependencia de las naciones ricas ante las crisis sanitarias”, asegura el Dr. Jorge Saavedra, director ejecutivo del Instituto AHF de Salud Pública Global.


Entre la vida o la muerte 


El INB (por sus siglas en inglés) nació en 2021 cuando los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), acordaron su establecimiento para, originalmente, crear un marco para dar una mejor respuesta ante futuras pandemias. Lo que conocemos como Acuerdo o Tratado Pandémico. 


“La COVID19 nos  enseñó  la muerte innecesaria de millones de personas que hoy podrían estar con sus familias”, asegura el Dr. Jorge Saavedra, director ejecutivo del Instituto AHF de Salud Pública Global.  


Después de 11 rondas previas, del 4 al 15 de noviembre está programada la ronda 12 de negociaciones en la que se definirían aspectos clave para el acuerdo entre las más importantes la equidad en al acceso a vacunas y otros insumos relacionados a pandemias como vacunas, puebas y medicinas. Y aunque ha habido algunos avances, gran parte del acuerdo está cargado de condiciones y lenguaje ambiguo y poco vinculante a los compromisos en la realidad. 


Compromisos en Investigación y Desarrollo


En su Artículo 9, el Acuerdo Pandémico incluye la investigación y el desarrollo (I+D) y la categoriza como “ciencia abierta y la investigación colaborativa internacional”. No obstante no hace explícito el compromiso de los países más desarrollados, en su lugar expresa un ambiguo con un “según corresponda”.



Para hacerlo realidad, se debe detallar la obligatoriedad de establecer políticas nacionales o regionales que aseguren que los acuerdos de investigación y desarrollo sean equitativos. Esto es particularmente relevante para la investigación financiada con recursos públicos que realizan entidades privadas o asociaciones público-privadas. Estas disposiciones son necesarias para asegurar que los productos de salud relacionados con pandemias—como vacunas, diagnósticos y tratamientos—se desarrollen de forma justa. Por ejemplo, que no sólo se extraigan datos de ensayos clínicos de países pobres para que los beneficios de los resultados vayan mayoritariamente a países ricos.

 

Producción local, clave para la no dependencia


El artículo 10 habla de la diversificación de la producción de insumos sanitarios así como de vacunas, lo cual es crucial para acercarnos a la equidad, ya que reduce la dependencia de un número limitado de sitios de fabricación. Por ejemplo, cuando inició la producción de la vacuna de COVID 19 de Pfizer en 2020 una de las principales barreras para el acceso a la misma era que solo podían ser producidas en Estados Unidos, Alemania y Bélgica. Todos países desarrollados. 


Ningún centro de producción operó en una primera etapa en un país del Sur Global, ello propició que las vacunas tardaran en llegar a regiones pobres hasta un año. Aunque el artículo especifica la implementación de estos centros de fabricación en todas las regiones del mundo, aún quedan muchas dudas de cómo se obligará a los países poseedores de la tecnología a compartirla para poner a funcionar las fábricas. 


Compartir tecnología es lo justo


El Acuerdo Pandémico debe promover la transparencia y el acceso equitativo al conocimiento, las tecnologías y el know-how necesarios para producir medicamentos y tecnologías que salvan vidas, estableciendo capacidades de producción regional en el Sur Global y asegurando que las naciones tengan acceso a las contramedidas necesarias para abordar amenazas de salud global y pandemias.


Es fundamental que el Artículo 11 incluya disposiciones sólidas y ejecutables para la transferencia de tecnología y conocimientos, sin términos restrictivos como "voluntario" o "términos mutuamente acordados.” Estos calificativos pueden perjudicar a los países del Sur Global al limitar su acceso a las tecnologías esenciales necesarias para producir vacunas, tratamientos y diagnósticos. Los compromisos vinculantes para la transferencia de tecnología son componentes esenciales para establecer la capacidad de producción regional en el Sur Global.


El acceso a patógenos y beneficios 


El Sistema de Acceso a Patógenos y Reparto de Beneficios (PABS) de la OMS, actualmente en negociación bajo el Artículo 12 del acuerdo, está diseñado para garantizar que los fabricantes de productos de salud relacionados con pandemias tengan acceso oportuno a muestras de patógenos y secuencias genómicas de los Estados Miembros. A cambio, estos fabricantes deben compartir ciertos beneficios derivados del uso de esta información para desarrollar sus productos. Esto es importante porque se debe negociar un porcentaje suficiente de beneficios para que los países pobres puedan acceder de inmediato a vacunas, diagnósticos y otros insumos vitales.


Los aspectos fundamentales del sistema PABS deben acordarse ahora para asegurar un acceso equitativo y oportuno a contramedidas que salvan vidas, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Nos oponemos a posponer las discusiones sustantivas sobre PABS dejando su conclusión para un protocolo separado que podría tardar años en finalizarse, como se ha propuesto al día de hoy. 



Otra inequidad a la que nos oponemos son los porcentajes propuestos de reparto de beneficios: Rechazamos el rango inadecuado de 5-20% de los insumos para los países de ingresos bajos y medios. Es necesaria y moralmente más justa, una distribución 50/50, es decir, que los beneficios de esos patógenos se repartan igualitariamente entre los países y no sólo el 20% sea destinado para los países pobres y el 80% para los países ricos.


¿Acuerdo sin compromisos financieros?


Por increíble que parezca el Acuerdo Pandémico como está redactado hasta hoy no contempla compromisos financieros vinculantes por parte de los países. En su Artículo 20 el Acuerdo debería incluir compromisos vinculantes de los países de altos ingresos para proporcionar financiamiento sostenible y a largo plazo para la preparación y respuesta a pandemias en los países pobres. Las contribuciones voluntarias por sí solas no serán suficientes para cubrir las carencias de recursos en muchos países en desarrollo.


¿Y la rendición de cuentas?

El principal obstáculo para el éxito de la mayoría de los tratados internacionales es la falta de mecanismos efectivos de rendición de cuentas y cumplimiento. Es decir, si un país no cumple con el acuerdo, técnicamente no habría ninguna consecuencia ni órgano que se encargue de aplicarla. La investigación demuestra que los acuerdos internacionales sin mecanismos de aplicación no logran sus resultados previstos. 


“Es bien conocido que la arquitectura legal de salud global existente carece de mecanismos de supervisión y cumplimiento. Por ejemplo, el Convenio Marco para el Control del Tabaco y el Reglamento Sanitario Internacional (RSI)—los dos tratados principales bajo la autoridad de la OMS—están “plagados de incumplimiento parcial.”, comenta el Dr. Saavedra.   


La rendición de cuentas y el cumplimiento han sido aspectos problemáticos en este acuerdo desde el inicio, ya que la mayoría de los países no han mostrado disposición para comprometerse con los mecanismos necesarios de responsabilidad y aplicación. Desde la publicación del Borrador Cero del Acuerdo, muchas secciones que incluían mecanismos limitados para este fin han sido eliminadas.


Urge que se incluyan organismos de control con evaluación independiente y abandonar los “Autoinformes Voluntarios”, que han demostrado ser ineficaces para la real rendición de cuentas y el cumplimiento de los compromisos internacionales en temas de salud. 


¿Y la sociedad Civil?


El modelo de gobernanza tradicional de la OMS, que principalmente involucra solo a actores estatales, se considera cada vez más obsoleto en el siglo XXI. La gobernanza efectiva en salud global reconoce ahora el papel crucial de la sociedad civil y otros actores no gubernamentales en los procesos de toma de decisiones. Adoptar un modelo de gobernanza que incluya su participación significativa puede mejorar la legitimidad, fortalecer la rendición de cuentas y transformar la arquitectura de seguridad en salud global en un sistema más equitativo y efectivo para prevenir, prepararse y responder mejor a las amenazas globales de salud.


Instamos, por lo tanto, a los Estados miembros a aprovechar las negociaciones finales como una oportunidad para enmendar el acuerdo e incorporar estas recomendaciones para incluir a la sociedad civil en la estructura de gobernanza del acuerdo y en los procesos de implementación. 


“Esto se puede lograr mediante enmiendas concisas a los Capítulos 17 y 21, es totalmente posible”, agrega el Dr. Saavedra.


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