Nearshoring gran oportunidad de crecimiento económico en Latinoamérica
El sector logístico como muchos otros ha vivido diversos cambios por acontecimientos geopolíticos recientes y las interrupciones en la cadena de suministro por la pandemia, pero al mismo tiempo han surgido grandes oportunidades de reinvención para fortalecer y seguir desarrollando nuevos caminos en esta industria tan importante. Los ejemplos más claros de esta renovación son el nearshoring, reshoring y friendshoring.
El integrador logístico A.P. Moller - Maersk nos detalla que estos términos son estrategias para favorecer no solo el tiempo en que los productos llegan a su destino, sino que tienen detrás grandes ventajas como zonas horarias cercanas, proximidad geográfica, talento laboral sólido, sostenibilidad y crecimiento en las empresas como en la economía de un país.
La palabra que se ha vuelto más popular durante los últimos años es "nearshoring" y es reconocida por el Foro Económico Mundial que la describe como un proceso de reubicación de la operación de una empresa en un país cercano con una frontera próxima o compartida con su mercado final. Por su parte, Supply Chain Brain explica que el "nearshoring" garantiza formas de llegar más rápido al mercado acercando geográficamente el fabricante a los clientes.
De acuerdo al informe mundial Trade in Transition de 2023 el "nearshoring" o también conocido como "regionalización" aumentó un 8 % en comparación con el mismo informe de 2021. La reubicación de las empresas no solo tiene un efecto positivo en el tiempo, sino que también tiene beneficios económicos al evitar pagar la importación de bienes o los costes de envío.
Según datos preliminares de un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el nearshoring podría agregar $78 mil millones de dólares anuales en exportaciones adicionales de América Latina y el Caribe en el corto y mediano plazo. México podría ver las mayores ganancias, agregando $35.3 mil millones de dólares anuales solo en exportaciones de bienes.
Otro método en el mismo sentido es el "reshoring", también llamado "inshoring" u "onshoring", que consiste en que la empresa traslade sus operaciones al país de origen, produciendo desde la materia prima hasta el producto final en la misma región donde se encuentran el mercado y la demanda y que según el mismo informe global Trade Transition ha aumentado un 10% desde 2021.
De igual manera, el "friendshoring", término que cobró vida con las situaciones geopolíticas en 2022, redirige nuevas rutas de la cadena de suministro a países que son percibidos de bajo riesgo tanto política como económicamente por lo que ahora diferentes fábricas están buscando a aquellos países que son más fiables en sus suministros, ya que tienen menos tensiones geopolíticas y países que tienen normas y valores similares a sus socios o fabricantes.
Todas estas nuevas opciones resultan positivas especialmente en Latinoamérica, ya que es una región atractiva para que los fabricantes atiendan a sus clientes no solo desde ahí y para el mismo territorio sino también para expandirse a Estados Unidos, Canadá y Europa. Además, el crear nuevos centros de fabricación cerca y dedicados a sus mercados finales, ayuda con los objetivos medioambientales y reduce sus emisiones de efecto invernadero y el uso de energía, lo que permite a los fabricantes tener acceso a materiales más sostenibles y a mejorar su huella ecológica para clientes más exigentes que ahora tienen en cuenta la sostenibilidad de los productos que compran.
Esta reubicación geográfica es un ejercicio prometedor para México ya que potencializa desde tratados internacionales, infraestructura, sueldos, calidad y mano de obra calificada, entre otros factores, que generan un impacto positivo a las empresas, a la creación de empleos y por lo tanto a la economía de nuestro país. México y Brasil verían las mayores ganancias, aunque todos los países se beneficiarían del nearshoring. Los $78 mil millones señalados por el BID incluyen $64 mil millones en bienes exportados y $14 mil millones en servicios.
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